sábado, 2 de febrero de 2008


Milagro en Tlayacapan

El aceite santo de una iglesia Egipcia

El viernes santo, luego de la oración, los feligreses tuvieron algo más que hacer que continuar con su recogimiento. La fe y la esperanza han hecho crecer la feligresía en este lugar, donde nunca se esperó que una religión “no católica” tuviera la predilección divina en plena región de conventos coloniales. (Texto publicado en 2006)

David Monroy

TLAYACAPAN, MOR.- El pasado 13 de abril, la Iglesia Copta Ortodoxa de este municipio, dejó de ser un lugar inadvertido para los miles de cristianos de los altos de Morelos, y se inscribió en el listado de templos que guardan un motivo “superior” para no ser considerados comunes: al término de la oración del viernes santo, la súbita aparición de un aceite verdoso que escurría en las 32 pinturas santas que decoran el inmueble, conmovió a los feligreses y a la jerarquía eclesial de este culto, quienes advirtieron en el hecho “la presencia innegable de la divinidad, a través del espíritu santo”.

Frente al hecho y alertado por los feligreses que ya salían de la nave tras la oración por la crucifixión y muerte de Jesús de Nazareth, el padre de la iglesia, el egipcio Zakaria el Baramousy, acudió ante una de las pinturas y corroboró que “lloraban”. Al acercarse más a ella, observó que la cantidad era generosa y que este líquido comenzaba a formar líneas de escurrimiento hacia el final de las tablas de otras pinturas. Ante la presencia de los fieles, solicitó algodón para tomar una muestra del líquido. El resultado, un aceite verde olivo, sin olor.

Uno a uno, los fieles y los representantes eclesiales –estos de origen egipcio—revisaron minuciosamente las pinturas, tomaron fotos y película. Las 32 obras presentaban el mismo fenómeno. Parecía que el día de santo acrecentaba o de alguna manera excitaba a las pinturas que representan pasajes de la Biblia. Así, ropas, manos, alas de ángeles, aureolas, frentes y túnicas de los personajes representados –Jesús, María, san Marcos, san Cirilo, San Atanasio, san José y otros—mostraban gotas de este aceite que súbitamente reaparecían tras ser recogidas en pañuelos desechables y ropas de los presentes, quienes guardan en sus casas y relicarios el “pedazo de gloria” que lograron alcanzar. El número de curiosos creció y otros más decidieron sumarse a esta religión que es, incluso, más antigua que la propia cristiandad y el catolicismo. Su antigüedad rebasa los 1900 años.

La noticia del milagro, junto con las versiones particulares de los hechos, recorrieron rápidamente la cabecera de este municipio enclavado en la zona donde tras los primeros años de la colonia, se asentaron los primeros monasterios y conventos franciscanos y benedictinos --símbolos innegables de la cruzada católica-- en América y particularmente del estado de Morelos. Hoy es un fenómeno, pero de difícil aceptación debido al arraigo de la iglesia romana.

“Es el espíritu santo”

A poco más de 40 días de la aparición del aceite, aún es posible observar gotas que surgen de la superficie de estas imágenes plasmadas en tela sobre madera de triplay de 16 milímetros; el líquido no tiene olor y aunque se ha reducido su filtrado, aún es posible observarlo, generalmente en la parte superior de las mismas. Quienes no son miembros de esta Iglesia o que consideran que se trata de un fenómeno de inmediata explicación, consideran que estas “lágrimas” de aceite son el resultado del excesivo calor de la zona que genera el derretimiento de la pintura o de la esencia de la misma, sin embargo, esta versión cae por si sola, ya que el material que se utilizó para pintarlas es base agua, asegura Josep Ayad, médico y diácono del templo.

Joseph Ayad es médico nacido en la ciudad de Cairo, capital de Egipto. Vive en la ciudad de México y cada domingo asiste al templo donde es Diácono, tarea que lleva a cabo durante la misa abajo del altar donde sólo oficia Zacaria el Baramousy, sacerdote titular de esta iglesia llamada de “Santa María y San Marcos”. Con cánticos en español que son interpretados estilo árabe, Ayad asume que el fenómenos del aceite no tiene otra explicación “que la mano del espíritu santo”, asegura en español curioso, muy “arabesco”.

Ayad, presenta a una mujer joven de ojos claro, piel muy blanca cuya presencia contrasta completamente con los rostros morenos de los oriundos del lugar. Se llama Adriana Castillo, vive aquí en Tlayacapan y es una de las más convencidas de que no sólo se trató de un milagro, sino que el aceite mismo tiene el poder de curar “porque yo misma lo comprobé”.

Con los ojos muy abiertos y atropellando sus palabras por querer hablar más rápido que su lengua, posa sus palabras en las palmas de sus manos: “Me caí en la calle y tuve que meter las manos para no caer con la cara. Las manos las tenía moradas, lastimadas. Me puse el aceite y me curé en 24 horas”, recuerda.

“No necesitamos publicidad”

Con menos de un año de haber sido edificada y consagrada por el representante de esta Iglesia en el mundo, conocido por ellos como Shenouda III, considerado el Papa número 117 de Alejandría, la Iglesia Copta Ortodoxa cuenta con presencia en la sociedad de esta comunidad y de los Altos de Morelos. Por eso es que –aseguran-- no necesitan publicitarse o valerse de trucos para atraer feligreses. “No necesitamos de publicidad, ni de los medios de comunicación para atraer (feligreses). Nosotros sabemos de qué se trata. Estamos acostumbrados a ello”, refiere Sheheta Samir Looka, representante legal de esta Iglesia en México, nacido también en el Cairo y residente en esta comunidad desde los años 80.

Sheheta Samir, comerciante de pinturas –el mismo proveyó el material para las pinturas, “por eso se que no tienen aceite”-- es el equivalente a lo que representa en lo local un Obispo en una Diócesis católica, sin embargo por las características particulares de esta iglesia, podría ser el paralelo del Nuncio Apostólico de Roma en México. Samir es el representante legal en México de la Iglesia Copta Ortodoxa, que no tiene otra representación en hispanoamérica más que en Brasil y Bolivia. Otras están en los Estados Unidos y diseminadas en Europa y desde luego en Egipto donde el 25 por ciento de la población es copta.

La Iglesia Copta Ortodoxa, a diferencia de otras religiones escindidas de la iglesia católica romana, tiene un desarrollo independiente de la autollamda Iglesia de Pedro. Copto es un vocablo que significa egipcio, precisamente en idioma copto. Su forma de ver a Jesús es similar al de las iglesias llamadas cristinas, pero está desprovista de muchos de los dogmas de fe, imposiciones o mandatos obligatorios que hacen al catolicismo burocrático y rígido. “Eso no es cristianismo, sino discriminación”.

Según la tradición, La Iglesia Copta Ortodoxa fue creada por el mismo apóstol san Marcos en el siglo I, por lo que también se consideran apostólico. Marcos, luego de la muerte de Jesús se trasladó a Egipto –entonces y desde muchas décadas antes, centro inicíatico de occidente y medio oriente—y en desde entonces a ciudad de Alejandría es el asentamiento de esta filosofía que toma ambos testamentos como base para su creencia, al igual que lo tienen las otras creencias cristianas.

De acuerdo a la historia sagrada, cuando san Pedro siguió su camino hacia Europa, San Juan –el supuesto hermano de Jesús—siguió hacia Grecia y san Marcos se quedó en Egipto donde fue muerto, agrega Samir quien acota que la Iglesia Copta Ortodoxa es la que más mártires ha aportado a la humanidad y también la que más aportaciones genuinas y más antiguas aportó a la cristiandad. Por ejemplo, uno de sus patriarcas san Atanasio, fue el creador del llamado Credo. Atanasio fue quien se opuso al arraianismo en el famoso concilio de Nicea (325), con lo que logró que se aceptara la divinidad de Jesús en su pleno sentido. A lo largo de la historia, los entonces patriarcas, pasaron a ser Obispos y hoy al máximo jerarca de esa Iglesia se le denomina Papa, la igual que la iglesia de Roma.

Asimismo, otro de sus entonces llamados patriarcas San Cirilo de Alejandría, presidió por indicaciones del papa, Celestino I el concilio de Éfeso (431), donde refutó al nesteranismo que aseguraba que Jesús –ya considerado como Cristo desde el concilio de Nicea—era dos personas distintas: una divina y otra humana.

“Estamos acostumbrados a estas cosas”

El fenómeno del aceite ha atraído a más personas a esta Iglesia. Sin embargo, este tema, independientemente de la historia de la misma no es sido tomado como elemento de propaganda o para demostrar “la veracidad de su creencia”, indica Adriana Castillo, que además de feligresa es activista al interior del templo.

Sheheta Samir, es un poco más atrevido e indica que hasta el momento no han recibido ataques o acusaciones de fraude sobre el fenómeno del aceite, pero asegura que “la gente, sea d ela religión que sea puede pensar lo que quiera. Nosotros consideramos esto como una bendición, una muestra de que estamos haciendo las cosas bien.

“Desde luego que este fenómeno sorprende a unos, pero a nosotros nos conmueve; pero tampoco podemos decir que es la única iglesia donde ha sucedido. Estamos acostumbrados a estos milagros. Es un fenómeno que pasa en nuestra iglesia para fortalecer la fe”, refiere.

De acuerdo a datos proporcionados por la página web www.copticchurch.org, al menos dos casos similares se han presentado en otras Iglesias Coptas en el mundo. Una de ellas en la iglesia de san Marcos en el estado de Ohio, hace cuatro años, y otra más en la misma ciudad de Alejandría, Egipto, cuna de esta religión que en México no tiene más sede que la establecida en este municipio.

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