sábado, 19 de enero de 2008

Años nebulosos esperan a Morelos

Los Candidatos por dentro

Lejos de los reflectores, de las cámaras de televisión y de las reuniones públicas, la personalidad de los aspirantes al gobierno del estado –estudiada a través de su temperamento e historia— nos reflejan el estilo del gobierno que encabezarían y un especialista concluye que la auto represión y el apasionamiento son dos de las características más notables dentro de su naturaleza. (Reportaje publicado en 2006)

Por: David Monroy

El perfil de personalidad de los candidatos gubernamentales del PRI, PAN y PRD evidencian marcadas incapacidades para encabezar una administración exitosa ó caracterizada por el crecimiento económico, político y social debido a sus profundas deficiencias de liderazgo, capacidad de dirección y solvencia moral, advierte el psicoanalista argentino, Adalberto Leví a través de un estudio al discurso, personalidad y comportamiento de Maricela Sánchez Cortés, Marco Antonio Adame Castillo y Fernando Martínez Cué, aspirantes a la silla ejecutivo local a la que cualquiera de ellos accederá irremediablemente en unos meses.

Experto en el manejo de las teorías freudianas y lacanianas y con fundamento en un método que analiza el contenido de los mensajes, las características del lenguaje así como sus hechos dentro de un periódico específico (pueden ser años), el psicoanalista argentino Adalberto Leví augura que el arribo a la gubernatura de cualquiera de los nominados por los tres principales partidos, “no es lo mejor que pueda sucederles (a los morelenses) luego de varios años de confrontación, exabruptos y deficiencias”, y en entrevista sustenta sus aseveraciones a través de un estudio de personalidad que es aplicable a cualquier persona.

Definir con una sola palabra a cada uno de los analizados puede hacernos caer en subjetividad, advierte, sin embargo que si algo caracteriza a los aspirantes es su deseo de alcanzar el poder “pero cada uno tiene métodos diferentes. La diputada Maricela Sánchez es absolutamente inescrupulosa, Marco Adame desde su visión mística se considera un designado divino y Martínez Cué busca en la política los satisfactores que alimenten su espíritu narcisista, puntualiza Leví.

El deseo de conocer la personalidad de los individuos, es muy antiguo. Al igual que ha servido para propiciar empatías entre guerreros, reyes o emperadores, también se utilizó para adelantarse en momentos de guerra a las estrategias de los mariscales enemigos, o bien, en el aspecto más personal, para caminar en terreno firme en lo que a estrategias amorosas se refería. Así, nacieron las mancias como la lectura de las cartas del Tarot, de la mano, del agua y un sinnúmero más, hasta evolucionar a disciplinas más científicas.

“Para definir la personalidad de un individuo, es necesario conocer dos aspectos fundamentales: el temperamento que es el resultado de la genética y la capacidad intelectual, y el otro que es la historia personal de quien se analiza”, refiere el profesionista egresado de la Universidad de Buenos Aires, y avecindado en Morelos desde hace varios años, lo que le permite tener un conocimiento de la sociedad morelense y por ende, de su política.

Leví, no quiere fotos, ni publicidad –adelanta— y justifica que el método “sólo está basado en la ciencia y no en preferencias o subjetividades creadas en función de simpatías o animadversiones”, por lo que solicita que su opinión sólo sea tomada como una “aportación mas” dentro de las consideraciones personales que los electores tendrán “en sus cincuenta o setenta segundos de soledad frente a una boleta electoral”.

Mientras busca entre sus apuntes y libros, advierte que aún cuando la explicación de la personalidad es compleja y no guarda absolutismos o purezas de conceptos, señala que la forma de ser de los seres humanos está enmarcada en tres apartados: Neuróticos, Perversos y Sicóticos. “La primera característica casi todos la tenemos y tiene que ver con la represión de las pasiones, misma que utilizamos para “encajar” dentro de la ley, de la sociedad, para ser aceptados. La segunda es una donde la ausencia de escrúpulos o moral es casi absoluta, por eso “en la política los vemos mucho”, y el último es más raro encontrarlo. Esta característica es verdaderamente peligrosa”, advierte.

Antes de dar a conocer sus conclusiones, reitera que cuenta con metodología apropiada y añade que sus resultados están basados en las características del discurso de los aspirantes, en sus actitudes y, desde luego en el temperamento.

Por decisión propia inicia con la candidata del PRI, Maricela Sánchez Cortés a quien le reconoce una personalidad perversa, impulsiva, de inteligencia destacada pero primitiva, no cultivada. “Eso la hace peligrosa y vengativa”.

Indica que Sánchez Cortés es una mujer astuta lo cual le ha permitido sortear obstáculos a lo largo de su vida como son sus inicios llenos de insuficiencias, o los conflictos políticos en que los que se le observa. La califica de soberbia y carente de escrúpulos, “por lo que el desprecio por los otros lo oculta tras una careta de hipocresía”.

Considera que en caso de llegar a la gubernatura, usará el poder para sí misma y los suyos, y sólo para mantenerse en la cima ayudará a la población, ya que su personalidad –dice—“no permite ubicarla como una persona genuinamente sentimental, altruista o compasiva por los demás. Entre mas poder tenga, más arbitraria, intolerante y tramposa se convertirá, porque sus principios morales son muy endebles”.

La frenología fue una de las primeras formas de estudio de la personalidad con mayor sustento científico, aunque siempre tuvo detractores. En la actualidad se considera que la antropología y la neurología desmintieron que por la forma de la cabeza y rasgos de la cara, sea posible conocer la personalidad.. Conocida en sus inicios como craneología, esta práctica generó un frenesí por el conocimiento del otro a finales del siglo XIX, y generó excelentes ganancias a diversos “hombres de ciencia”, puntualiza la biografía de Joseph Francis Gall, fundador de la materia

En la actualidad, otras disciplinas derivadas de la psicología, la antropología, y la sociología han sido incorporadas a las técnicas criminológicas.

El segundo en enfrentar el análisis es el médico cirujano y actualmente senador de la república, Marco Antonio Adame Castillo, a quien “sus hechos lo ubican mas rápidamente”. Expresa Leví que el candidato del PAN a la gubernatura tiene una personalidad neurótica, lo que no impide que su inteligencia destaque. No obstante, su temperamento es pasivo, introvertido y en ocasiones mediocre, oscuro.

Asegura que la formación moralista y clerical de Adame le lleva a reprimir sus impulsos al máximo. “Y si reprime todo, un día puede llegar a explotar. Todo moralista tiene sus exabruptos y en privado se destapa. Es como si un resorte lo mantuviéramos presionado, el día que lo soltemos saltará irremediablemente. Así son la mayoría de los panistas”, concreta.

Al abundar en las características de formación del ex diputado federal, Leví puntualiza que a juzgar por sus manifestaciones, discursos y contexto, Adame Castillo “se siente iluminado, tocado por la mano de Dios. Ese eslogan de “El poder de tú mirada”, nunca refiere al poder de la mirada del votante, sino al poder que él dice tener para arreglar las cosas, con tan sólo mirarlas”.

Entonces la personalidad de Marco Adame, se torna completamente intolerante y soberbia por lo que “en caso de un intercambio de opiniones, no acepta el debate porque considera al “oponente” como inferior.

“En caso de llegar a ser gobernador y obtener un poder pleno, podría convertirse en un ser dogmático e intolerante. En un hitlercito. Buscaría en su administración imponer dogmas, no religiosos necesariamente, lo que tampoco garantiza que su administración sea eficiente”.

Adalberto Leví, es interrumpido por una llamada telefónica a la mitad de la entrevista y por momentos manifiesta molestia por “perder la concentración”. No obstante, comenta que le inquieta también el viaje próximo que realizará a su país natal, donde debe arreglar asuntos familiares, lo que le alejará una buena temporada de México.

Tras algunos minutos de lectura de sus apuntes y de corroborar algunos datos –nunca nos permitió saber si se trataban de los inherentes a la entrevista— regresa a la plática para tomar el rumbo e iniciar el análisis del tercer candidato gubernamental por el PRD: Fernando Martínez Cué.

Del ex diputado federal, que ha visitado por lo menos cuatro partidos políticos en su carrera política, misma que inició formalmente con su ingreso a la cámara de diputado local por medio del PAN, el psicoanalista no tiene duda de que los morelenses tenemos a un narcisista en busca de la gubernaura, que “gusta de si mismo y se cree merecedor de cualquier cosa, por grande o imposible que parezca”.

Al igual que la priísta Maricela Sánchez, a Martínez Cué lo ubica con una personalidad perversa, aun cuando recibió una educación con moralidad, sin embargo en su formación, en su historia, diversos hechos lo llevaron a dejar de lado los escrúpulos para obtener lo que quiere y en ello está involucrada su necesidad de satisfacerse a si mismo, asevera.

“Tiene un temperamento e inteligencia mediana. No es brillante, y por ello demuestra que no tiene ideología definida, ni posicionamientos específicos en la vida. Por eso no duda en estar en cualquier lado para obtener lo que considera que merece.

“Su personalidad perversa lo hace un individuo tramposo, con pocas o nulas posibilidades de cumplir su palabra o sus compromisos, mientras no sean los que le convengan. Es una persona con las características de los que sienten que el mundo gira alrededor de ellos. Es arribista, ambicioso y egoísta”.

-- Bajo estas características, ¿qué podríamos esperar de su gobierno?. Se le pregunta.

-- Pues es muy probable que conductas como la corrupción, la frivolidad y la irresponsabilidad se conviertan en el sello de su administración y de sus colaboradores. Para acabar pronto, Martínez Cué se parece a un personaje que ustedes conocen bien. Su gobierno se parecería mucho al de Sergio Estrada Cajigal, remata.

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